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CRISTINA

Me animé a empezar a correr cuando probé la cinta en el gimnasio. Mis sesiones eran de bici, elíptica, step... Pero un día decidí probar con la cinta poco a poco a ver qué tal se me daba y resulto que le cogí el gusto hasta que se convirtió en una máquina más en mis rutinas de gimnasio. 

Cuando quise dar el paso a correr en la calle me di cuenta que era totalmente diferente pero que poco a poco podría ser una afición más en mi vida.

 

Un buen día me encontré a mi gran amiga Laura y le conté mi reciente afición a salir a correr, le conté que salía sola y que poco a poco esperaba ir mejorando, haciendo más kilómetros y mejores tiempos. Fue entonces cuando ella me hablo de las #locasquecorren, me contó que era un grupo de chicas que salían a correr en grupo y que así se hacía más llevadero y divertido.

Un día me anime a ir con estas chicas y ya no me pierdo ninguna quedada, es mucho más divertido y además entre todas nos damos fuerzas para mejorar día a día.

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