top of page

MARÍA

¿Por qué corro?

¿Por cumplir metas?, ¿por superarme a mí misma?, ¿por mejorar cada día?

Nada de eso. Realmente no lo sé, porque soy un pelín vaga, siempre lo he sido, me cuesta arrancar y me pesa el culo. Pero cuando empecé a ver que después de correr se tomaban unas cervecitas ‘para recuperar minerales’ y esas cervecitas se alargaban bastante, pensé "ésto sí va conmigo".

Así que salí un día a correr. Una tortuga a mi lado hubiera ido más rápida y menos sofocada. Después de un par de semanas observé que los pantalones me quedaban más holgados. Ahí me conquistaron: salgo un ratito con gente, corro mientras ellos hablan (porque si yo hablaba me ahogaba), me río un montón, me tomo mis cervecitas y encima adelgazo..., ¡es perfecto! 

Encontré mi motivo para correr “operación bikini + cervecear con gente”.

Tanto me he motivado que he llegado a correr una media maratón, quién me lo iba a decir.

 

Soy eso que la gente llama ‘runner social’ ya que, aunque mi liberación de endorfinas hace que me sienta de lujo tras una carrera, lo que realmente me hace repetir es el cachondeo’ que rodea al running.

 

Y con las #locasquecorren hay cachondeo pá rato

 

bottom of page