Nadie me podrá discutir que lo vivido este domingo en las calles de Logroño es para emocionarse, ese ciclón rosa que las recorrió, esa fuerza que trasmiten ocho mil mujeres unidas por una misma causa. A mi me emociona mucho y creo que nadie se puede quedar indiferente ante lo vivido el domingo.
Tengo que deciros sinceramente que me gustaría que no existiera esa carrera, ni la del hombre, ni ninguna marcha o evento que significara tener que luchar o enfrentarse a pasar por ese temido "Cangrejo" (como le llama Pau Dones), pero ya que eso no es posible, no tengo palabras para describir las emociones vividas.
¿Cómo contaros todo lo que fue el día del domingo para mi? Lo intentaré resumir. Esa cuenta atrás antes del pistoletazo de salida, ese recorrido lleno de camisetas rosas que corriendo o andando o a la pata coja si era necesario fue haciendo suya la ciudad y cómo trasmitiros lo que fue volver a correr, sentir que mi vida comienza a pertenecerme después de todo lo pasado. Encarar la calle Portales y disfrutar mirando al cielo, pensando que en ocasiones la vida no es de color rosa, todo eso me pone los pelos de punta , pero como dice Manuel Carrasco: “ Un pasito más , que si se puede, uno y otro más mujer valiente, lo que diga está de más, ya se que quieres gritar, y no te sientas sola”. Pues precisamente ayer no estaba sola, si no mas bien todo lo contrario. Todas salimos a la calle para que ninguna se sienta sola ante el bicho y tuve la suerte de compartir este día con gente que me quiere y me sentí tremendamente afortunada de tenerlas en mi vida.
Para que todo fuera más bonito, la lluvia nos dejo el día para nosotras, para las de rosa y la plaza del ayuntamiento volvió a darlo todo con el baile de la “bandera", no puedo más que terminar diciendo: Gracias, gracias, gracias por la II Carrera de la Mujer por la invertigación. Logroño 2017.
Laura
¡GRACIAS POR LEERNOS!